RICARDO ABRIÓ SU CORAZÓN
En una charla intimista, Ricardo le confesó a Listorti la angustia que heredó de su padre: “El mayor miedo que tenía mi viejo era querer y que no lo quisieran. Creo que eso está en mí y por eso cada vez que viajo llevo gente que me acompañe. Como ellos no pueden pagar la vida que yo llevo, los invito. No les pago para que vengan ni para que me quieran, lo hago para que estén conmigo”. Más adelante, habló de las cosas que a pesar de tenerlo todo le faltan: “A veces me molesta que esté implícito que yo pago todo. Los mal acostumbro, pero me gustaría que naciera de ellos (el elenco) la intención de pagar alguna vez. Tengo 300 personas en casa esperándome en la puerta para sacarse fotos y no es habitual que en mi entorno me regalen cosas. Un fan me dio una pandereta con luces de colores y ahora lo uso en la obra. Nunca me regalan nada. Fue maravilloso”.
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