jueves, 22 de marzo de 2012

JAZZ Y ROCK

iete años fueron los que vivió Erica García en Los Angeles, donde se dedicó exclusivamente a estudiar actuación y a tocar con su banda de rock en pequeños lugares, hasta que decidió regresar al país en 2011. A cualquier artista tanto tiempo fuera de la Argentina le podría pasar factura a la hora de querer reinsertarse en el mundo del espectáculo. Sin embargo, tras sentir que su “vida de ‘hipona’ en Los Angeles tenía que terminar”, Erica volvió “más segura de su voz y creyéndomela como actriz”. Lo que le permitió recibir numerosas ofertas de trabajo, entre ellas, protagonizar “All of me” en el teatro Maipo. “Un sueño para mí”, le confiesa a La Razón.

¿Cómo surgió la idea de hacer un espectáculo teatral de jazz?
Empecé a hacer jazz y tuve críticas excelentes. Eso fue como abrir una puerta. Porque es algo que me gustaba mucho y tenía que ver conmigo, aunque yo no lo sabía. Y automáticamente se me ocurrió hacer una historia utilizando los temas de Billie Holiday, combinándolos con cosas que también me gusta hacer como es escribir, actuar y bailar un poco.

¿Cómo estás antes del debut?
Me lo estoy tomando más tranquila de lo que debería. Porque si me pongo a pensar que estoy estrenando por primera vez un espectáculo mío, que escribí yo, en el Maipo es como... demasiado. Desde hace mucho tiempo tenía ganas de hacer algo así.

¿Por qué te decidiste por el repertorio de Billie Holiday?
Porque me mudé muchas veces de casa en mi vida y los únicos discos que me acompañaron siempre fueron los de ella. Así que dije: “evidentemente algo con esto tengo que hacer porque la amo y es una referente para mí”. Billie era como la rocker de los años 40’. Ella y su banda eran los más zarpados de la época, de eso trata la obra. Es un ícono para mucha gente, no sólo para los de jazz, sino también para la gente del rock”, asegura.

Paralelamente a “All of me”, todos los días durante dos horas ensaya junto a José María Muscari y Valentina Bassi “Mujeres en el aire”, la nueva obra de Mariela Asensio, que tiene estreno programado para el próximo 13 de abril, en el Konex.

¿De qué trata la obra?
Te voy a dar mi visión, que no es la misma que la de la directora (risas). Habla de las mujeres y cómo pueden modificar su cuerpo, su vida y su intelecto para pertenecer al mundo del “show-business”. Yo, en cambio, lo entiendo como una metáfora, como lo que es capaz de hacer cualquier persona, no sólo una mujer, para pertenecer a cierto mundo. Gustavo Santaolalla me enseñó que uno siempre tiene que hacer algo que no le gusta. No sé si me lo dijo para convencerme de las cosas que tenía que cambiar para que me produzca el disco (le produjo “Amorama”, que contenía el hit “Positiva”). Yo lo miré con una cara de “¿qué me estas diciendo? Yo no hago nada que no me guste”. Pero bueno, es verdad que en el camino te encontrás haciendo cosas que no eran las esperadas, pero forman parte del plan final. Mientras eso no desvirtúe tus principios, bueno... todo no nos puede gustar. Claro, sin llegar al extremo que propone la obra.

¿Estás alejada del rock? ¿Cómo ves al género actualmente?
No estoy alejada, el rock es algo mío que tengo adentro y, tarde o temprano, sé que va a volver. No me gusta definir nada, pero sí me parece que es un tiempo de crisis creativa. Igual, de todo tiempo de crisis sale algo bueno que nos rompe la cabeza. Aparte tenemos la ausencia de dos personas referentes y fundamentales como Spinetta y Cerati. Lo que sucedió nos deja a los músicos expuestos de ver qué pasa ahora. Sentimos esa responsabilidad de dejar algo bueno. El rock da mucho para la joda y el pasatiempo, pero hay que ponerse a pensar tu obra y ver lo que dejás. La ida de este tipo de gente no debe ser en vano, porque dejan algo potente. Son esos lugares gigantescos que quedan libres y yo no encuentro reemplazos... y parece que no los voy a encontrar por ahora.
LA RAZON

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