EL ELEGIDO FINAL-----------------------------------------T
CCIñaki Urlezaga y el desafío de abordar "El Cascanueces"
Antes de su debut en Córdoba y en Buenos Aires, el bailarín habló con Clarín.com. "Nunca la había bailado y quería saber si era tan terrible como la pintan todos", dijo.
04.11.2011 | Por María Noel Scanarotti mscanarotti@clarin.com Podria interesarte
danza bailarín Iñaki Urlezaga El Cascanueces Con 35 años y una larga trayectoria internacional, Iñaki Urlezaga enfrenta el desafío de estrenar su propia adaptación del clásico de Piotr Ilich Tchaikovski El Cascanueces. El bailarín, junto a su compañía Ballet Concierto, llega a la calle Corrientes el 2 de diciembre para presentarse en el Teatro Opera Citi de Buenos Aires. Antes, el 11, 12 y 13 de noviembre, actuará en el Teatro Libertador de Córdoba.
“Nunca la había bailado y tenía curiosidad por ver lo que se siente arriba del escenario. Además, quería saber si era tan terrible como la pintan todos los bailarines”, comenta.
Urlezaga cuenta que es una obra compleja. “Es una obra clásica que está adaptada coreográficamente al siglo XXI. Antes los bailarines tenía otras limitaciones físicas y la obra era más artística y teatral. Hoy es más plástico, el movimiento es más amplio, y la exigencia es mucho más alta”, explica.
Durante las ocho semanas de ensayo, uno de los desafíos que le planteó el armado de El Cascanueces fue mantener la coherencia e intentar preservar la adaptación de la coreografía de esta obra clásica..
“La historia tiene que ver con toda una ideología y estructura académica del gran ballet. Me interesó mucho rescatar y preservar el esqueleto de la obra”, aseguró.
El Cascanueces fusiona una bella partitura con una historia que narra las aventuras de Clara Stahlbaum, una niña de familia burguesa que despierta en la noche de Navidad y encuentra en la sala de su casa una batalla entre El Cascanueces, que ha cobrado vida, y el malvado Rey de los Ratones. Y atrae tanto a niños como adultos.
La idea de bailar El Cascanueces surgió en 2008 cuando el Teatro Argentino de la Plata convocó a Urlezaga para realizar la obra, que finalmente no pudo llevarse a cabo.
Con humildad, el ex bailarín del Royal Ballet de Londres aclara que no está seguro si innovó con su coreografía, pero que intentó que tuviera un “sello propio”.
“Es difícil explicar que tiene la obra de uno, porque es como explicarse a sí mismo. Creo tengo una manera muy natural de moverme y con la forma de sentir el amor, el odio… tiene que ver con algo muy natural esto de expresar los sentimientos más sinceros y terribles”, comenta.
Desde que creó su propia compañía, en 2002, el artista confiesa que le es más fácil sentirse bailarín que director.
“Al querer buscar la excelencia lidio bastante con la resistencia de los bailarines. Esto es algo que cuesta y a veces se confunde lo personal y lo emocional”, comenta Urlezaga quien agrega que no se ve como un “maestro”. “La vocación no la tengo. Tengo la cosa creativa, el trabajo como artista”, comenta.
Urlezaga es consciente que la carrera que eligió es efímera. “Uno sabe que en esta profesión a los 40 se va. Ese momento me va a llegar, como a todos nos llega la muerte, pero no vivo pensando eso. Creo que lo mejor que uno puedo tener es la libertad absoluta de ser fiel sólo a uno mismo y entender que en esta vida todo termina en algún momento”.
El bailarín no reniega de la televisión, al menos como espectador, aunque asegura que la ve “muy revuelta”. Con respecto a si seguiría los pasos de Hernán Piquín, Urlezaga, responde: “No sé si alguna vez podría hacer algo así en la televisión, donde se va más allá de lo
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